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MANIFIESTO DEL PRIMERO DE MAYO DE 2018

29 abril, 2018

MANIFIESTO DEL PRIMERO DE MAYO DE 2018


COMUNICADO
MANIFIESTO DEL PRIMERO DE MAYO DE 2018
Un año más celebramos el 1º de Mayo, en el que nos encontramos con la total desarticulación de la clase trabajadora y con un depravado Estado que sólo les interesa el beneficio del Gran capital y de las grandes corporaciones, que andan campando a sus anchas. Con una crisis estructural que han generado ellos, y que los trabajadores y las capas populares la estamos pagando a costa de nuestros salarios de miseria. La corrupción política y económica es un hecho tan constatable que se ha hecho costumbre. Las conquistas sociales de los trabajadores durante la historia del movimiento obrero se han visto mermados de tal manera, que nos encontramos con unas relaciones laborales inexistentes, cuando más de supervivencia.
Hemos tenido que soportar que en estos últimos veinte años se reduzcan en más del veinte por ciento el poder adquisitivo de nuestros  salarios.
La protección social es cada vez más raquítica, pues la hucha  de  las pensiones está bajo mínimos al emplearse en otros menesteres que no le son propios. Entre tanto, la banca y las grandes empresas están haciendo su agosto. Y, como resultado, los diferentes gobiernos que tenemos tanto en España como en la UE la única recomendación que nos hacen es que la jubilación la dilatemos en el tiempo o, lo que es peor, que nos encomendemos a planes de pensiones privados:  el  robo como norma.
Podemos observar de una forma perversa como eso que se denomina la división de poderes es una quimera, una farsa. Solo obedece a un  estado  de represión para con los trabajadores y las capas populares. Podemos llegar a la conclusión que estamos llegando a una etapa preconstitucional y  autárquica franquista, como la que resultó de las Leyes Fundamentales de la dictadura. Y todo ello enmascarado en la denominación de Estado Democrático y de Derecho, donde impera la ley. Curiosa mezquindad terminológica para enmascarar un estado represivo como lo fuera el franquismo en sus mejores tiempos.
Los medios de comunicación sacan toda la corrupción que hay entre los que ostentan el poder, quitando y poniendo a determinadas élites de la misma estirpe. Y de forma reiterativa muestran las bajezas y miserias del sistema, para crear una opinión errónea de que la corrupción es sólo un mal de individuos concretos y no de unas determinadas estructuras socioeconómicas, así como para la comidilla del chismorreo. A modo de ejemplo, lo podemos observar con el caso Cifuentes en la Comunidad de Madrid, se ha robado millones de euros a mansalva, pero ahora nos dan a entender que el problema son los cuarenta euros de los dos botes de cremas antiarrugas. O bien, con lo ocurrido en nuestro país con el tema de los ERES.
El imperialismo está cada vez más asentado y diseñando nuestro futuro, que no es más que de mano de obra barata, de consumidores y de pasto de las industrias farmacéuticas, armamentistas y de moneda de cambio para sus  operaciones.
Los sindicatos mayoritarios están al pairo de lo que dice la patronal y el gobierno que las sustenta. Hacen algunos actos de maquillaje para complacer a sus afiliados. Pero no hay que ser un lince para poder observar que son un entramado más de explotación para con los trabajadores y un soporte regulador para paralizar las diferentes movilizaciones. De ahí, que la gran mayoría de las movilizaciones que estamos viviendo en el Estado español, se hagan al margen de las centrales sindicales.
Tanto la brecha salarial, el índice de paro y de salarios míseros (menos que por comida) se venden como un gran triunfo de salida de la crisis. Nuestros jóvenes en la emigración y con un futuro incierto. Las universidades públicas, los diferentes centros de enseñanza públicos y la cultura pública se están desvirtuando y llevándolos a la ciénaga más absoluta. Y,  todo ello, para la potenciación de lo privado.
La sanidad, un baluarte en su día, como seña de identidad del estado del bienestar en este país, lo están llevando a la quiebra más absoluta en pos de la sanidad privada.
Podríamos seguir con un sinfín de pormenores para definir las diferentes atrocidades que este sistema democrático están llevando a más del  ochenta por ciento de los ciudadanos de este país.
Es por lo que hacemos un llamamiento urgente, a todas las fuerzas de la izquierda revolucionaria y progresista, recordando que debemos tomar cartas en el asunto, tanto en la denuncia permanente como en la lucha por tumbar todos los desastres que este sistema nos ha traído.

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